Las asociaciones de vecinos del término municipal mellariense organizan fiestas en las que recuperan las tradiciones locales, fomentan la economía y el turismo
Aman el lugar en el que nacieron y, tras observar la desaparición de sus tradiciones con el paso del tiempo, los vecinos del término municipal de Fuente Obejuna luchan para conservarlas. Estos son solo unos ejemplos.
En el 2009, la Asociación Cultural de Amigos y Vecinos de Posadilla puso en marcha su Museo en vivo, una actividad -explica el presidente, Mateo Díaz- en la que participan directamente un centenar de personas e «indirectamente casi el doble, o sea, entre un 80 y un 90% de los vecinos». La representación se realiza el primero o segundo sábado de junio, «dependiendo de que haya o no otros eventos en comarca», añade Díaz, que anima a su visita para «ver en 360 metros cuadrados una vida de muchas décadas atrás, la historias de muchos enseres que nos trasladan a lo moral, lo ético y lo humano que hay detrás de cada uno de ellos».
El vicepresidente de la asociación de vecinos El Horno de Ojuelos Altos, Antonio Arellano, recuerda que la Fiesta de la Siega se celebró por vez primera en junio del 2006. Su objetivo, «dar a conocer una tradición que ya no se realiza debido a la mecanización del campo», una cuestión que preocupa a los organizadores, ya que los mayores que mostraban esta faena «rondan los 80 años, si no los pasan». Por ello se organizan concursos para introducir a los jóvenes en la labor, a pesar de que a menudo cuentan con «espontáneos» que comprueban la dureza de este trabajo. La Fiesta de la Siega tiene lugar uno de los fines de semana de la segunda quincena de junio y sus momentos más curiosos son los de «la trilla y el aventado», destaca Arellano.
Inmersa en los preparativos de la próxima representación de Fuenteovejuna se encuentra la alcaldesa y habitual participante en la misma, Silvia Mellado. La puesta en escena será del 20 al 25 del próximo mes de agosto y la regidora desea «que tenga la misma o mayor repercusión y buena acogida que en el 2016».
Trabajando también está la asociación de vecinos de Los Pánchez en la Fiesta del Pan y Muestra de artesanía. Su presidente, Juan Fernando Agredano, recuerda que aunque comenzó en 1999, ellos la organizan desde el 2004 para «mantener la tradición de elaborar pan en el horno comunitario de la aldea». Su carácter familiar, «el entorno, que es maravilloso al ser una aldea pequeñita, la gente, sencilla, amable y hospitalaria» hacen que por un lugar de 30 vecinos pasen 7.000 personas. Su periodicidad es bianual y se celebrará los días 20 y 21 de octubre. Un mes más tarde sería la Fiesta de la Matanza, que este año cambia de fecha, informa el presidente de la asociación La Columna, de Alcornocal, Manuel Moreno. Hace ya 15 años, un grupo de vecinos se reunió en el albergue para «comerse un cochino» y al desaparecido alcalde pedáneo Manuel Núñez se le ocurrió una idea que ha continuado hasta la que será, este año, la decimotercera edición. No hay que perderse el taller de chichillas y el pelao del cochino, con retama y aulaga.
Todo Navalcuervo es Belén en la representación del Auto de los Reyes Magos que llevan a cabo los miembros de la asociación Nuestra señora de la Piedad. Carmen Rivera es su tesorera y anuncia que hacia el 28 o 29 de diciembre unas 100 personas -en la aldea residen 34- retomarán una puesta en escena que se remonta al 2005 y que visitan más de 400 personas. «El ambiente te invade, las calles iluminadas con antorchas, el suelo de paja, un pueblo de hebreos y la representación de más de 30 oficios son motivos más que suficientes para no perdérselo», destaca Rivera.