En la tarde del jueves día 4 de Diciembre la alcaldesa de Fuente Obejuna, Silvia Mellado firmaba en la Notaría de nuestra localidad la adquisición de estas tierras que cuentan con una extensión de 23 hectáreas y que se denominan Masatrigo.

“Después de mucho trabajo, ayer se produjo un hecho histórico, el Ayuntamiento de Fuente Obejuna recupera sus raíces para convertirlas en un recurso económico y turístico. MELLARIA.” Ha indicado la regidora melariense.

Asistieron al acto las hermanas Pulgarín Romero como propietarias de estos terrenos así como el profesor de arqueología de la Universidad de Córdoba Antonio Monterroso, director del proyecto “AGER MELLARIENSIS”.

El valor de la compra ha sido de 340.000 euros destinados a este fin por el Ayuntamiento para ampliar su patrimonio cultural.

En 2014, la Universidad de Córdoba, con el apoyo del GDR y del Ayuntamiento de Fuente Obejuna, empezó una labor de reconocimiento que ha durado seis años, hasta que ha llegado este momento. Labor que continúa hoy y que continuará el futuro gracias a un convenio aprobado por las dos entidades para corresponsabilizarse de la óptima gestión patrimonial de Mellaria.

“Lo normal, en casi todos los sitios, es comprar el yacimiento y luego ver qué hay. En Fuente Obejuna se ha hecho, de modo casi pionero en la provincia de Córdoba, viendo primero qué hay, qué potencial tiene y luego comprando. No se ha querido exponer a la eventualidad, o la dichosa fortuna, ni un solo euro de los melarienses. Y mucho menos nada de la memoria de su gentilicio” ha explicado Silvia Mellado.

La existencia de la ciudad romana de Mellaria está testimoniada desde antes del año 75 d. C. Plinio el Viejo, el gran enciclopedista romano que murió en la erupción del Vesubio en Pompeya, nos dejó escrito en su Historia Natural la existencia de esta ciudad de “no menor nobleza”. No es, por tanto, algo nuevo, ni reciente, ni sujeto a interpretación. Más de 2000 años soportan ya ese glorioso nombre, tan fecundo para los melarienses. Un periodo de abandono y olvido cubrió la memoria de la ciudad desde el final de época romana hasta los estudios de los eruditos posteriores al Renacimiento. Fue después la tradición literaria del siglo XIX e inicios del XX la que empezó a retomar y rebuscar el nombre Mellaria, pero no su sitio, confundiéndose con el de Fuente Obejuna. Sólo desde la segunda mitad del S.XX, algunos arqueólogos españoles y extranjeros de primer nivel empezaron a relacionar Mellaria con el Cerro del Masatrigo. Hallazgos casuales, sobre todo fruto de labores de labranza, apoyaron esta identificación en forma de inscripciones, esculturas y tramos de acueducto recuperados en la Loma del Tinto, Masatrigo, Chozo Regado, etc,.

El estudio que ahora se ha llevado a cabo ha incluido tres vuelos fotogramétricos con avioneta en sucesivos años, 2014, 2015 y 2016 cubriendo más de 1500  hectáreas, desde el Masatrigo hasta el pie del Cerro del Castaño cuyo coste asciende a más de 20.000 euros.

Una prospección satélite, con satélite espía italo-estadounidense, de 49km cuadrados, con un coste de 6000 euros, desde Mellaria al límite administrativo con Pueblonuevo.

Tres vuelos con dron y sensor espectral infrarrojo de 300 hectáreas en la zona del entorno del Masatrigo con un coste de unos 14.000 euros.

Una prospección geofísica con sensores geomagnéticos y geoeléctricos de 2 hectáreas en el entorno del cerro con un coste de 5000 euros.

Estas labores aéreas y terrestres de prospección certifican la existencia de una ciudad romana de más de 23 hectáreas de extensión entre su interior y extrarradio. De mayor altura a menor altura, en primer lugar, las imágenes encargadas por satélites ayudaron a delimitar la extensión de la ciudad y su entorno natural. En segundo lugar, los sensores montados en avioneta confirmaron los límites aproximados de la ciudad y sirvieron para conocer sus vías de comunicación. Posteriormente los sensores montados en dron sirvieron para saber la orientación de, al menos, cuatro calles y conocer la existencia de los edificios que se sitúan entre ellas. Por último, la prospección geofísica sirvió para asegurar la existencia de todo lo anterior bajo tierra y calibrar la profundidad a la que los restos están enterrados. No hay duda, por tanto, de la existencia de una ciudad romana completa en el entorno del Cerro del Masatrigo.

Mellaria tuvo un foro, compuesto de una plaza, un templo, una basílica judicial y una curia o ayuntamiento además de otros posibles edificios públicos administrativos, como la cárcel, el archivo o el erario, contó con edificios de espectáculo, al menos teatro y anfiteatro…calles, plazas, colegios, tiendas, empresas y vecinos. Todo ese tejido urbano se ha documentado en los llanos que rodean el cerro del Masatrigo. También muralla, que igualmente hemos podido documentar al menos en el litoral tocante con el embalse de San Pedro. Dos torres de la muralla se han documentado, igualmente, en el terreno objeto de compra.ç

En un momento determinado de su vida, hacia el año 74 d. C., Mellaria pasó a llamarse Municipium Flavium Mellariensium lo que comporta en realidad un estatuto jurídico concreto. Quiere decir que fue una suerte de capital comarcal. Sede de la administración y de los tributos. Al igual que hoy, una capital de provincia o de partido judicial tiene edificios administrativos de la ciudad y de la comarca, el estatuto jurídico de Mellaria confirma que también los tuvo. Silvia Mellado ha indicado sobre esta actuación que “Si Mellaria estuviera perdida en la sierra, o en zona de difícil acceso, no habríamos planteado ninguna actuación. No hubiéramos gastado dinero en construir carreteras o accesos gravosos para nuestros vecinos para acceder a un yacimiento arqueológico, por muy importante que fuera. Si la

Universidad de Córdoba, desde 2014, no hubiera realizado todas las pruebas que ha hecho, no hubiéramos puesto en riesgo ni lo más mínimo del erario de los melarienses”.